Vengo a cobrar lo mío

¡Riing! ¡Riiing!

- ¿Dígame?
- Hola, buenas tardes. ¿Es usted doña Rosa Trinidad?
- Sí, soy yo.
- Verá, soy el hombre que atropelló a su hijo. Le llamaba para pedirles 20.000 euros por la avería del coche, que se me quedó inutilizable, y que tuve que alquilar otro para poder ir a trabajar mientras me lo reparaban.
- ¿Qué?
- Comprenderá usted que no me podía quedar en casa mientras estaba el coche en el taller. Tengo muchas cosas que hacer, soy un hombre ocupado y necesito un coche para mis desplazamientos.
- ¿El que mató a mi hijo?
- Un chico duro. Se nota que era del norte. Me dejó el coche echo polvo.
- ¡Usted es un hijo de puta!
- ¡Ah! ¿No le parece lógico y normal lo que le estoy pidiendo?
- ...
- Pues nos veremos en lo tribunales, a ver quién tiene razón.

(Sonido de teléfono comunicando)

No os riáis que no es broma. La conversación puede ser ficticia pero los hechos son reales. Nos los presenta Mariñas (Luis, no Jesús):











No quiero entrar en los hechos del accidente pero la denuncia posterior del conductor... hay que tener redaños.

F-F

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