The Real Fifí TV

TODO EL SPAM QUE SIEMPRE HAS QUERIDO TENER AHORA REUNIDO EN UN ÚNICO LUGAR.
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- Lenguaje ofensivo.
- No es apto para niños.

Monday, May 21, 2007

La resaca de San Isidro

Bueno, pedazo de "party" nos hemos montado con motivo de las Fiestas Patronales de Madrid. Llevo varios días en coma etílico a causa de la sangría a base de DonS*món que nos ha preparado Michael Bay, que para esto de los cócteles es único el hijo de puta.

Todo comenzó con un pequeño encuentro entre gente importante de la Industria del Entertainment pero, qué cosas, se juntó el cumple de Lucas, las fiestas de mi pueblo y que Steven tenía que pasarse a promocionar la peli de la abejita en Cannes. Qué espléndido está Spielberg. Medio en broma medio en serio le mandé un traje de chulapo para que se lo pusiera al llegar a Madrid y cuál fue mi sorpresa cuando le veo aparecer con la gorrilla y el clavel en la solapa. “¡Bravo, Steven, bravo! ¡Ponle una sangría, Michael!” Y allí empezamos a “desfasar”. Lucas se despeinó en el trayecto y llegó caída la noche y no esperaba la sorpresa que le teníamos preparado. ¡Qué grande, William! O Kirk, como todavía le gusta que le llamen y eso que el papelito de Boston Legal le está revitalizando de nuevo dentro del mundo de la televisión.

La nota discordante la puso Sly que quiso venir a la fiesta y traía cositas “mu ricas” (Stallone dixit, que no señora ministra, que no tiene nada que ver con Pixie y Dixie). Está tratando de levantar cabeza haciendo él mismo sus propias películas pero, claro, sigue enganchado a los esteroides y demás “hormonas” de diseño y quería venir a compartir botiquín en el guateque. La pena fue que vino por Australia (“joder, Fifí, es que como no tenía prisa…”) y pasando por la aduana, fíjate tú qué cosas, le pillaron el alijo. Teníais que haberle visto la cara, se le soltaron varios puntos y el labio se le quedó caído (ptosis labial, en lenguaje médico). Le dije que hablase con el tío Lucas y que para entrarle mejor le dijera que Spiderman es una peli muy tonta a ver si así le produce algo o le da un papelito en alguno de los spin-offs de Star Wars. Al poco vi a George salir dando tumbos del cuartito donde se habían metido y le pregunté a Stallone qué le había hecho. Y me dice: “ya le tenía en el bote, estaba medio drogado con la copa y me había aceptado como uno de los Lores del Sith y, entusiasmado, le puse el trailer de Rambo 4 y se levantó y empezó a mascullar "Rated PG, Rated PG, Rated PG". Joder, esto no puede ser, me ha mirado un tuerto”. Pero ahí estaba Harry para animarle: en calzoncillos subido a la barra. Eso es un amigo. Y está en forma para hacer de Indy. Yo quiero estar así a los sesentay..., cincuenta, quiero decir.

En forma a los ...

El último cotilleo es que Peter Jackson logró colarse a la fiesta y como ha perdido tanto peso, se afeitó y se lavó con H&S le costó convencer a Steven de que ponía a toda WETA a su disposición para hacer una trilogía en 3D de Tintín. Manda huevos. No sé yo si Steven recordará esa conversación después de tanta sangría...

F-F

Sunday, May 13, 2007

El telefilm de la sobremesa del fin de semana

Dedicado a S.C.

LA MUSA

Había una vez un hombre que vivía solo en un claro en mitad de un bosque. Todo lo que necesitaba lo tenía al alcance de la mano y hacía mucho tiempo que no tenía contacto con ninguna otra persona.

Un día preparando la leña para el duro invierno que se aproximaba le pareció sentirse observado. Era una sensación que no había tenido en todo el tiempo que había estado viviendo allí así que la tuvo en cuenta y aunque siguió afanado en sus labores permaneció atento por si notaba de nuevo alguna señal. Al levantarse tras recoger algunos troncos con sus fuertes brazos y comenzar a andar hacia el cobertizo creyó ver por el rabillo del ojo una cabeza asomándose tras uno de los árboles que rodeaban el claro. Al girar el cuello en esa dirección la cabeza desapareció tras el grueso tronco del árbol. Tiró su pesada carga al suelo y corrió en esa dirección. Al llegar al lugar no vio nada ni detrás del tronco ni en la profundidad del bosque. Ningún ruido perturbaba aquella paz. Extrañado, se dio la vuelta y volvió a sus quehaceres.

Días más tarde, al despertarse de la siesta a la luz y el calor del sol de octubre vio una mujer al fondo del claro. Se frotó los ojos como creyendo que aquello era aún una ilusión de su confusa mente recién activada pero la alta figura blanca seguía allí. Se incorporó de su lecho y al avanzar un paso la figura retrocedió otro. Un paso adelante de él significaba uno hacia atrás de ella. Se quedó quieto y retrocedió. Ella avanzó. Todo era bastante insólito pero su rara presencia agradaba al hombre que, conforme, se afanó en sus tareas vespertinas.

Un día al volver del bosque de recoger más leña se encontró que la comida ya estaba hecha. Imaginó que sería obra de su nueva y callada vecina. Trató de encontrarla por los alrededores del claro para agradecérselo y compartir el ágape pero no lo logró. Esto comenzaba a ser un comportamiento harto extraño para alguien que intenta comunicarse o pedirle algo a otra persona.

Conforme pasaban más días ella aparecía para observarle realizando sus tareas cada vez más cerca. Si él trataba de aproximarse ella se alejaba en la misma proporción en la que él se acercaba y sus preguntas eran respondidas con silencios. De todas maneras él no sólo toleraba su presencia sino que la encontraba cautivadora. Le gustaba sentir que había otra persona cerca de él. Aumentaba su seguridad a la hora de realizar sus tareas y las hacía en un tiempo más breve para quedarse parado mirando a su nueva amiga. No decían nada. Sólo se miraban. Y así pasaba el final de cada jornada de trabajo.

Ya había llegado el invierno y había menos cosas que hacer en el exterior. Ella seguía viniendo y se quedaba mirándole por la ventana. Él le abría la puerta y le pedía que pasase pero ella se quedaba parada fuera. Él se ponía al otro lado de la ventana y hacía trabajos de carpintería, alfarería, costura,… Todo tipo de labor que requería más destreza que fuerza. Y le gustaba que ella estuviera allí.

Una mañana en la que el frío era especialmente estremecedor al hombre no le apetecía levantarse del calor de su lecho pero al recordar la visita diaria de su amiga saltó inmediatamente de la cama para ver si había regresado. La visión que encontró le dejó petrificado. Allí estaba ella, sentada en su silla, trabajando en su mesa, haciendo las mismas labores que él hacía de una manera más pausada y calmada pero más eficiente a la vez. Era un espectáculo que nunca antes sus ojos habían presenciado. Había un brillo especial en esa escena. Era como si puntos de luz dorada la rodeasen a manera de halo refulgente que resplandecía en aquel rincón. A pesar del frío, el hombre permaneció allí de pie extasiado por largo tiempo que se le pasó como un suspiro.

Por todo el resto del invierno ella ya no abandonó la cabaña. Compartieron mesa y mantel, tareas y juegos, momentos cercanos que le hicieron a él pensar si no habría estado perdiendo el tiempo allí alejado del resto del mundo sin relacionarse con nadie. Pero, en realidad, el resto del mundo daba igual. Eran sólo ella y él, él y ella.

Desde el primer día, él le ofreció dormir en la cama mientras él descansaría en el suelo. No obtuvo respuesta. De todas formas, él se acostaba en un rincón apartado de la cama para hacer ostensible la invitación pero por la mañana la cama aparecía como él la había dejado y ella ya estaba ajetreada haciendo tareas.

Las dudas asaltaron la mente del hombre y una noche quiso comprobar si su amiga dormía o era alguna especie de ser sobrehumano que no descansaba. Se tumbó sobre la alfombra que le servía de yacija y permaneció despierto para ver si ella venía a la cama o dormía en otro rincón. No oyó ningún ruido. Permaneció a la espera. Miraba al techo inquieto y, como la impaciencia lo devoraba, se incorporó del lecho. Sus ojos recorrieron la estancia y no la encontraban. Finalmente los dirigió hacia la cama y allí estaba ella observándole con cara divertida. Sus ojos azules brillaban en la oscuridad y le transmitieron tal paz que esa fue la noche que mejor descansó en toda su vida.

Él era muy feliz en esta nueva vida. Habían cambiado sus hábitos pero no le importaba hacer las tareas y preparar los nuevos proyectos pensando en otra persona, pensando en ella. No hablaban pero eso no significaba que no hubiese comunicación: una mirada, una sonrisa, el contacto de las manos eran suficientes para saber lo que el otro pensaba y lo que debía ser hecho.

Las noches cambiaron un frío día de finales de enero. Afuera estaba nevando pero dentro la temperatura era cálida y acogedora. Cada uno en su lecho estaba incorporado mirando al otro. Hasta ese día siempre era él quien cedía y se acostaba antes que ella no obstante esa noche fue ella quien se tumbó primero y abrió las sábanas invitándole a compartir el sueño con ella. Él se levantó despacio y se acercó a la cama lentamente. Se quedó quieto de pie frente a la cama y comenzó a observarla. Ella estaba tumbada de lado dándole la espalda y ésta era visible por la abertura de las sábanas. La luz de la vela en la mesilla convertían su pelo rubio en oro pálido y la blancura de su espalda invitaba a que fuese acariciada. Tragó saliva y se metió en la cama. La rodeó pausadamente con sus poderosos brazos y ella suspiró. El contacto de su piel era cálido y el sonido de su respiración sosegaba la mente. Los nervios se diluían, se sentía seguro. Era como si lo hubiese hecho toda la vida. Como si ella siempre hubiese estado allí.

El siguiente mes fue tan perfecto que creyó que aquella felicidad duraría toda la vida, que nada podría ser capaz de enturbiar aquella situación. La primavera se acercaba y el tiempo de poder compartir su amor fuera de la cabaña, de realizar nuevas actividades juntos, de pasear entre los árboles del bosque y escuchar el sonido de los ríos que recorrerían alegres sus lechos con las frías aguas del deshielo.

Por fin dieron su primer paseo cogidos de la mano a la luz de la primera luna primaveral. No dijeron nada, sólo disfrutaban del momento. Él miraba la luna y luego la cara de ella y comparaba el brillo de ambas. Una sensación de plenitud le embargaba el espíritu. Llegó el momento de dirigirse a la cabaña y una vez en el umbral él se colocó frente a ella y la besó en los labios. Ella sonrió, le pasó una mano por los cabellos mientras él respiraba su fragancia cerrando los ojos, se dio la vuelta y se alejó. Cuando él volvió a abrir los ojos ella ya estaba en mitad del claro y la oscuridad comenzaba a rodearla. Gritó desesperado para que volviera y ante su falta de reacción inició la carrera tras ella. Ella se internó en el bosque y él por más esfuerzo que hacía no era capaz de acercarse a ella. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, esquivaba los árboles que aparecían de la nada y ella seguía alejándose.

Siguió corriendo desesperado, sin descanso, y cuando ya pensaba que la había perdido el sol apareció para desvelarle el lugar por el que ella deambulaba. “Espera”, gritaba angustiado. “No te vayas, no me dejes”, sollozaba. Y la persecución continuaba.

El bosque comenzó a ralear y allí, fuera de sus límites, estaba ella, quieta, de espaldas a él, la vista hacia arriba, los pies al borde de un alto acantilado que era desgastado por un mar que, aunque viejo, no se cansa nunca de golpear la costa.

El tiempo se detuvo.

Él extendió su mano hacia ella, su cara acongojada. Ella se dio la vuelta, sus ojos estaban enrojecidos sin embargo sus lágrimas ya se habían secado. Se miraron a los ojos por largo espacio. Él se acercó, la mano aún extendida. Ella se llevó una mano a los labios y le lanzó un beso. Él se acercó más, su mano rozaba su vientre. Ella dio un paso atrás y desapareció para siempre. Él se quedó mirando al horizonte con la mano extendida, con la sensación del último tacto de ella que no por breve se le habría de olvidar nunca.

FIN

Epílogo: Se dio la vuelta y se dirigió hacia su cabaña sin saber qué rumbo coger. No sabía si sería capaz de encontrar de nuevo el claro donde se encontraba su hogar. Sólo quería alejarse de aquel precipicio, de aquel lugar que había significado el final de su sueño, de su amor, de su nueva vida, y comenzó a andar.

Cuando llegó al claro del bosque, cansado, abatido, vacío por dentro, con la sensación de que algo le faltaba, vio que la cabaña era una ruina. Estaba destrozada. Y al acercarse se quedó estupefacto al comprobar cómo el polvo cubría todos los enseres, como si hubiesen pasado años. Miró a su alrededor y, por último, levantó la vista hacia el sol y se dijo que hoy sería el primer día de su nueva vida.

F-F

Monday, May 07, 2007

The boy is back in town

Mi mente sigue siendo un caldero en ebullición con muchos ingredientes pero aún sin saberse qué clase de sopa saldrá de ella.

Después de mi breve periplo de desconexión veo que me he perdido muchas cosas y que llevo unos cuantos posts y noticias de desfase. Acabo de ponerme al día y una de las cosas que pensaba hacer veo que ha tenido grandes comentarios a los cuales no sé si llegaré a estar a la altura. Pero si no me pongo no lo sabré así que ahí va lo mío:

¡SPIDERMAN 3 ES UNA PUTA MIERDA Y EL QUE OPINE LO CONTRARIO ES UN GILIPOLLAS Y NO TIENE NI ZORRA IDEA DE CINE!

Creo que eso lo resume todo. Gracias a dios este canal es mío y se puede uno expresar a gusto. El pobre tío Pher se tuvo que ir sin que le diera el dinero de mi entrada. Me niego a pagar por una basura como esa. Ni tan siquiera por el hecho de verle los pelánganos sin depilar a través de los “pantys” a Kirsten Dunst merece la pena aguantar más de dos horas infumables algo que no tiene ni pies ni cabeza, que el 3D parece muñecos de goma a lo Chicken Robot, que los diálogos deben haberlos conseguido en un concurso para niños en un Burguer King (“con tu Menú Infantil escribe lo que le dice el malo a Spiderman y consigue tu figurita”), que cómo un engendro como Ron Howard puede ser el padre de Bryce Dallas que sale guapísima en el film y parece que le han crecido los pechos desde “The Village”.

Lo bueno es que el esperado truño del verano llamado “Transformers” también me lo voy a tragar. Ecce me ha agarrado de los huevos como sólo él sabe hacerlo y me va a obligar a tragármelo y, encima, pagando yo. Toma, Jeroma. A ver si viendo este vídeo se le quitan las ganas. “He’s Michael Bay. He’s totally GAY!”. Luego decís que no os traigo cosas fresquitas. Por “Ironman” mi estómago no pasa. Mas siempre se puede decir que cuando se va al cine a ver estos pastiches en buena compañía tampoco te lo pasas tan mal. Claro que la broma te cuesta casi 7 euros y podrías hacer lo mismo en una terracita con una birra en la mesa (y hasta 3 birras por ese precio).

A fin de cuentas, todos tenemos un héroe dentro. No hace falta ir al cine a ver las patochadas de otro que encima sabemos que es mentira (o ficción). Y si no tienes un héroe a lo mejor lo que tienes es un cantante de rap. O eres una de esas voces inconfundibles y necesarias para hacer un tráiler. O simplemente eres un terrorista que quiere acabar con el mundo antes de que el mundo acabe contigo.

F-F

Friday, May 04, 2007

It's my birthday too, yeah!

Hoy ha sido un día grande, un día festivo. Hoy, servidora ha cumplido años. Y dado que en las celebraciones uno se desparrama y bebe más de la cuenta cuando va al baño se convierte en "El Hombre Vejiga" y siempre que esto me ocurre no puedo evitar recordar una canción. Y me echo a reír.

Por supuesto, los fastos llevan desarrollándose una semana y otra más que falta. Esto parece los "Sanfermines" aunque las cornadas no son por asta de toro, ahahahaha!!!

Gracias a todos por acordaros de mí y nos seguimos viendo en estas mismas pantallas. Hasta pronto.

F-F